Hay que unirse, no para estar juntos, sino para hacer algo juntos

A las 9 horas del pasado viernes varios representantes de Netlife nos encontramos en uno de los puntos de acopio para entregar donaciones a los afectados por el aluvión en La Gasca y La Maná, entre calles cerradas y polvo por causa del desastre, recordamos las impactantes imágenes compartidas en noticieros, prensa y redes sociales, el pensar en las vidas perdidas y el dolor de las personas por sus pérdidas sigue causando gran impacto, pero hasta qué punto estamos siendo conscientes de nuestra responsabilidad en este desastre, veo docenas de personas llegar y entregar donaciones de ropa, colchones, alimentos no perecibles, agua, y kits de limpieza que seguro serán de mucha utilidad ante la situación, y siento que aún hay esperanza y que somos una sociedad ejemplar, y al mismo tiempo veo en redes sociales como otros disfrazados de voluntarios aprovechan tal situación en el lugar de los hechos para sustraer lo poco salvable de las viviendas en crisis, y me pregunto ¿qué tienen esas personas en su interior para actuar de esa manera?.

El hoy por ti, mañana por mi puede sonar muy trillado pero nos demuestra de lo que realmente estamos hechos. Si bien es cierto siempre existirán las ovejas descarriadas del rebaño, que usan su ingenio para dañar y no para construir, lo importante y valioso es que por cada oveja negra tenemos cientos de ecuatorianos que juntos hacen la diferencia, y que ya en algunas ocasiones como por ejemplo en el terremoto de Manabí, las erupciones volcánicas del Cotopaxi, Tungurahua o Pichincha y hoy con el aluvión han permitido evidenciar la fuerza que tenemos cuando estamos juntos.

Es hora de unirnos más, los desastres naturales del mundo, no solo en Ecuador, son el reflejo de un planeta en peligro, algunos piensan que tener acciones amigables y responsables con el medio ambiente son ideas comerciales, pero a ellos les invito a analizar si los Tsunamis, las olas de calor o frío, los terremotos, los aluviones, entre otros pueden tener alianza con alguna casa comercial, a nivel mundial la ONU hace un llamado emergente a los ciudadanos del mundo para cambiar, las donaciones son importantes, pero nuestra actitud lo es mucho más, el aluvión es producto de la naturaleza, pero la destrucción que provocó en La Gasca es nuestra responsabilidad, se tapan quebradas como rellenos para hacer lugares “habitables”, botamos basura en ellas como que fueran rellenos sanitarios, no tenemos una cultura ambiental o de manejo de residuos que evite estos resultados, son 45 años desde el último aluvión en La Gasca y qué se ha aprendido, y qué se ha hecho, continuar con una serie de malas costumbres que hoy se llevaron la vida de más de 20 personas.

Necesitamos cambiar, la responsabilidad social no es solo de las empresas, la responsabilidad social debe nacer y partir de cada uno de nosotros como individuos, todos generamos una huella de carbono, cuando todos seamos conscientes de que cada una de nuestras acciones conlleva un impacto en nuestra familia, en la comunidad, en la sociedad, en la ciudad y en el mundo y por ende en la naturaleza, seremos responsables de todo lo que hacemos.