Hay películas que con sus grandes interpretaciones o historias nos han llegado a marcar. Sin embargo, desde hace un cierto tiempo Hollywood ha tomado los remakes como una moda recreando cintas clásicas que quedarán en el olvido.

Ghostbusters (2016) Los fans de la emblemática película de los 80 no se alegraron cuando escucharon que harían un remake. El poco ingenio en el guión y la abundancia de chistes sin sentido, lograron que se perdiera el hilo a la historia. 

Carrie (2013) La versión 1976 de Brian De Palma se convirtió en todo un icono del cine de terror, por lo que es bastante difícil que otra cinta pueda superarla. En la adaptación protagonizada por Chlöe Grace Moretz y Julianne Moore, solo podemos elogiar la actuación de ambas. Uno de los puntos más criticados fue el regodeo que tuvo Carrie durante su trance vengador en el baile, mientras que la Carrie de Sissy Spacek desató su ira casi sin voluntad.

Psycho (1998) Gus Van Sant es uno de los directores más versátiles, pero su remake del clásico de suspenso y terror fue una copia plano a plano de la emblemática película de Alfred Hitchcock, con actuaciones poco impresionantes y creíbles.

El planeta de los simios (2001) Sin lugar a dudas el remake contó con mejores tecnologías, efectos especiales y un final que sorprendió a muchos. Pero el resultado que buscaba el director Tim Burton no fue suficiente, por ello cancelaron el resto de la saga.

Charlie y la fábrica de chocolate (2005) El reconocido director Tim Burton tuvo el trabajo de hacer la segunda adaptación del libro infantil de Roald Dahl. Para ello contó con la participación de Johnny Depp para interpretar al excéntrico Willy Wonka. Pero a pesar de contar con grandes efectos y actores no logró ninguna satisfacción para el público, ya que el guión no tuvo la fuerza que el original.

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